Hablemos de Iniciativas que Suman

 ¡Hola! Luego de pasar un año 2020 con sus luces y sombras, y de las últimas dos entradas donde notamos un presente y futuro complicados para alcanzar el equilibro sustentable tan anhelado, pensé que podría ser bueno empezar el 2021 compartiendo una entrada con un tono más optimista, que escribí en colaboración con dos compañeras, Diana Mora y Lucia Delbene.

Es cierto que vivimos desde hace ya algunas décadas un aceleramiento metabólico que depreda y excreta, tanto naturaleza como personas. Un proceso acelerado que busca un “desarrollo” basado en una lógica de crecimiento ilimitado, que no reconoce límites físicos del planeta, que nos ha llevado a poner en riesgo la existencia de la humanidad, lo que sitúa el momento actual en lo que ha sido definido en el sur global como en una crisis civilizatoria (Lang, 2011). Sin embargo, también es cierto que estamos rodeados de iniciativas, unas de mayor y otras de menor impacto, tratando de innovar para alcanzar técnicas que buscan el equilibrio sustentable entre ambiente-sociedad-economía.

Es así que, hoy quiero compartirles sobre la iniciativa binacional Cuencas Sagradas. Ellos se autodefinen como una iniciativa “indígena y social” en defensa de las cuencas de los ríos Napo, Pastaza y Marañón.  Si bien la territorialidad de esta iniciativa está anclada en dos países, se justifica la importancia de su conservación a nivel planetario, y ya veremos por qué.

¿POR QUÉ CUENCAS SAGRADAS?

Ante esta amenaza que representa el actual modelo económico, sin reconocer límites biológicos del planeta, Cuencas Sagradas busca articular acciones binacionales que respondan a la expansión de la frontera extractiva dentro del territorio de las cuencas sagradas en Ecuador y Perú; a saber, el aumento de actividades petrolera, minera, agronegocio y de los proyectos hidroeléctricos asociados; en los territorios de las cuencas de los ríos Napo, Pastaza y Marañón, que representa aproximadamente 30 millones de hectáreas.

Tal como se expresan en su sitio web oficial www.cuencasagradas.org “estos bosques son sumideros esenciales de carbono, ayudan a estabilizar el clima mundial, las precipitaciones en forma de lluvia y, al mismo tiempo, se enfrentan a un riesgo crónico debido a la expansión de la frontera extractiva y actividades industriales en estos territorios”. Todo el problema que representan las actividades extractivas en este ecosistema tan vulnerable es a lo que los objetivos de la iniciativa buscan responder, desde articulaciones y alianzas de pueblos indígenas, para incidir en los gobiernos nacionales de Ecuador y Perú.

En el reporte técnico Por qué el Ecuador pospetrolero no debe ser un país minero, para Cuencas Sagradas, Natalia Greene (2020, p. 13) afirma que “el extractivismo, por otro lado, externaliza los impactos ambientales y los efectos negativos sobre la salud, la cultura y la organización social, contamina la naturaleza y está íntimamente relacionada con la violación de derechos humanos, además de la persecución a defensores de la naturaleza”. Por lo tanto, estos impactos ambientales y sociales dentro y en las periferias de las cuencas sagradas, afectarán de manera determinante a los cientos de miles de indígenas que ahí habitan.

Imagen 1: cabeceras de las cuencas sagradas de la Amazonía

Fuente: www.cuencasagradas.org

¿QUIENES SON CUENCAS SAGRADAS?

Cuencas Sagradas ha sido encarnada gracias al esfuerzo de articulación que se ha podido hacer entre las confederaciones de organizaciones indígenas amazónicas en Ecuador y Perú. Así, se ha formado una alianza entre la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (CONFENIAE) en Ecuador, junto la Organización Regional de los Pueblos Indígenas del Oriente (ORPIO) y la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP) en Perú, con el acompañamiento de organizaciones no gubernamentales como Amazon Watch, Pachamama Alliance, Fundación Pachamama y Stand Earth; que han dado vida y orientación a la iniciativa.

Con el acompañamiento y asesoría de estas organizaciones no gubernamentales internacionales, más el reconocimiento de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), la iniciativa ha podido facilitar espacios binacionales de encuentros, para facilitar la coordinación entre todos sus protagonistas.

El proceso internacional se ha logrado debido a la semejanza de problemas que afrontan los territorios de ambos países y sus habitantes. La articulación entre los países que conforman este territorio es vital para la conservación de los ríos y de los ecosistemas asociados. La selva amazónica y el flujo de sus aguas no entienden de fronteras ni naciones que son delineadas administrativamente, consecuentemente las problemáticas que se viven en las tierras altas de las cuencas, también irán a los pueblos aguas abajo.

Esta realidad, unida a un proceso de organización social de base y a la experiencia de cientos de comunidades con el extractivismo en sus territorios, confluyeron (tal como los cientos de ríos que confluyen en el Amazonas) para reconocer la necesidad de articularse internacionalmente, y de esta forma poder hacer frente mancomunadamente a los intereses extractivistas en un territorio que alberga a más de medio millón de indígenas de treinta nacionalidades diferentes.

 

Imagen 2: imagen oficial Cuencas Sagradas

Fuente: www.cuencasagradas.org  

¿PARA QUÉ CUENCAS SAGRADAS?

Según su propia web www.cuencasagradas.org el objetivo de esta iniciativa es el establecimiento de “una región protegida bi-nacional (libre de la extracción de recursos a escala industrial) y gobernada de acuerdo con los principios indígenas tradicionales de cooperación y armonía, fomentando una relación entre el ser humano y la Tierra”, que surja de “una visión compartida entre los pueblos indígenas, las Organizaciones No Gubernamentales, la comunidad filantrópica, los empresarios locales y los gobiernos”.

En el lapso de dos años, la iniciativa espera lograr: una fuerte alianza regional de pueblos y nacionalidades indígenas, los gobiernos y la sociedad civil alineados en torno a una visión compartida; un plan económico ecológico regional y un plan de financiamiento acordado por los interesados y principales actores y que no haya ampliaciones o nuevos extractivismos e infraestructura relacionada en la región.

De acuerdo con la declaración oficial en su página web, al inicio se busca “proteger permanentemente al menos 30 millones de hectáreas de bosques tropicales en las cabeceras de las cuencas de los ríos Napo, Pastaza y Marañón de Ecuador y Perú” para lo cual el fortalecimiento del tejido social binacional es clave. Además, la misma declaración también expresa que se busca que se respeten los derechos y territorios indígenas, que se detenga la expansión de proyectos petroleros, mineros, agronegocios, de ganadería y otros megaproyectos de infraestructura como carreteras e hidroeléctricas. 

¿CÓMO PROTEGER LAS CUENCAS SAGRADAS?

Para alcanzar los objetivos, se propone como estrategia principal:

1)      Desarrollo de un Plan Bioregional, que plantea una recuperación post Covid 19 en base a acuerdos de justicia ecológica y social. Entre ellos se pretende llegar a acuerdos con: estados, empresas, organizaciones indígenas y de la sociedad civil, para que exista un compromiso en la protección permanente de las Cuencas Sagradas.

 

2)      Legalización de 2.304.619 ha de territorios indígenas de Ecuador y Perú, que incluye la reserva Napo Tigre, mejorar los procesos de gobernanza indígena sobre sus territorios, asegurar los planes del Buen Vivir conservando la biodiversidad y cultura de cada pueblo, priorizar la protección de 18.305.784 ha. y 2.276.979 ha. de bosque lluvioso desprotegido de alta biodiversidad en Perú y Ecuador respectivamente, así como la restauración de 7.654.582 ha (Perú) y 1.056.766 ha (Ecuador).

 

3)      Crear un fondo para las Cuencas Sagradas administrado conjuntamente con las organizaciones indígenas y actores que participan dentro de la iniciativa (Peas et al., 2019).  Para esto, utilizan la estrategia de posicionar la conservación de las Cuencas Sagradas como un tema que concierne a la humanidad toda. Justificando esto, en los impactos que la pérdida de estos ecosistemas podrían tener en el clima mundial. En este sentido apelan a la solidaridad mundial, para que apoyen a mantener los minerales y el petróleo bajo tierra, de forma similar a la iniciativa promovida por el Parque Nacional Yasuní.

¿QUÉ LOGROS HASTA AHORA?

Los esfuerzos han podido ser reflejados en una serie de acciones que poco a poco van consolidando y fortaleciendo la iniciativa. Estos logros, surgen por la coordinación y organización de un flujo de trabajo que comprende el apoyo de varios actores; entre ellos: técnicos, académicos, consultores, asesores y filántropos, que han articulado propuestas concretas y que abarcan múltiples dimensiones para llevar a cabo un Plan Bioregional, que permita ver resultados a corto, mediano y largo plazo. Esto ha permitido, organizar y retroalimentar los distintos espacios, proponiendo información y estrategias para la continuidad efectiva y adecuada de la iniciativa  (Peas et al., 2019).

De acuerdo con el Informe Cuencas Sagradas 2019 (Peas et al., 2019), se pueden mencionar:

1)      Articulación de cada vez más actores de pueblos y comunidades indígenas de Ecuador y Perú, que se suman a la iniciativa para proteger sus territorios, siendo hasta la actualidad alrededor de 30 pueblos y nacionalidades proveniente de espacios como: Comunidad de Santa Clotilde, Río Napo (Perú), Comunidad San Rafael, Río Curaray (Perú), Comunidades de la cuenca del Río Morona (Perú), Comunidad de San Juan de Ungurahual, Río Nanay (Perú), Comunidad de Nuevo Porvenir, Río Corrientes (Perú), comunidad de Charapacocha (Ecuador), y más.

 

2)      Incidencia a nivel internacional en cumbres, congresos y foros sobre asuntos ambientales y afectaciones de los extractivimos en las cuencas amazónicas. Entre ellos se destaca la participación en el III Congreso de Áreas Protegidas de Latinoamérica y el Caribe (CAPALAC), uno de los principales eventos de conservación de áreas naturales del mundo. Esto permitió presentar la iniciativa y la propuesta para la creación de un Corredor Binacional Yasuní-Napo-Tigre, para la protección de los pueblos indígenas en situación de aislamiento que habitan esa zona transfronteriza. Así mismo, la iniciativa pudo llegar a Madrid a la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP 25. Durante la cumbre se lanzó el informe Las Cuencas Sagradas de la Amazonía: Territorios para la vida amenazados, que demuestra las graves consecuencias que tiene la destrucción de la selva no solo para los pueblos y nacionalidades indígenas, sino también  a nivel global (Gehot, 2019).

 

3)      A nivel político la iniciativa también dio pequeños pasos pero importantes, al tener un acercamiento con el Subsecretario de la Presidencia del Ecuador Roberto Parra. El encuentro se dio con la colaboración de los jóvenes de Friday For Future y la empresa Ichtion. Tras esta reunión, se creó un grupo de trabajo con Ichtion sobre el impacto y desarrollo de alternativas económicas.

 

4)      A nivel investigativo, se destaca que con la ayuda de técnicos y expertos, ha podido levantar información cuantitativa y cualitativa, que ha permitido visualizar con precisión la problemática que existe en las cuencas amazónicas, y en base a ello desarrollar estrategias claras como se analizó anteriormente  (Peas et al, 2019).

¿QUÉ DESAFÍOS ENFRENTA CUENCAS SAGRADAS?

Las economías nacionales de Ecuador y Perú, continúan apostando por la extracción de bienes naturales como fuente principal de los ingresos económicos (Fernández, 2020). En Perú, cerca del 72% de territorios amazónicos están cubiertos de bloques hidrocarburíferos en concesiones aprobadas y propuestas, y en el caso de Ecuador cerca de las dos terceras partes. Esto se traduce a la dificultad de alcanzar la sostenibilidad ambiental, el  aumento de las brechas de inequidad y los conflictos socio-culturales que se crean al interior de los pueblos y  comunidades indígenas (Gudynas, 2011).

La burocracia que maneja asuntos ambientales y socioculturales de cada país, es otro de los retos. Un ejemplo de ello es el rechazo del gobierno peruano en ratificar el Acuerdo de Escazú, lo que representa un retroceso en materia de derechos ambientales y deja sembrado aún más las limitaciones para el acceso a la justicia en el país (Miranda, 2020). En el Ecuador, por su parte persiste la ausencia de lineamientos claros en temas de consulta previa, libre e informada para los pueblos y comunidades indígenas que son afectados por las actividades de extractivismo en sus territorios.

HORIZONTES DE CUENCAS SAGRADAS

Sin bien queda mucho camino por andar, Cuencas Sagradas se presenta como una alternativa viable que se organiza y acciona desde la cooperación y autogestión de los pueblos y nacionalidades indígenas de las cuencas amazónicas de Ecuador y Perú, y de las organizaciones no gubernamentales involucradas.

De esta manera, encontramos que el cuidado de los ríos tiene respuestas internacionales y articuladas, que no pretenden separar el cuidado ambiental de la promoción de derechos de los más vulnerables. Entender el cuidado de los ríos solamente con el cuidado del propio cause y sus riberas es limitarse. Por ello, para promover el cuidado óptimo de los ríos tenemos que levantar la mirada y entender los territorios como cuencas, la promoción del cuidado de los ríos pasa por el cuidado de sus cuencas, desde sus tierras altas hasta la desembocadura en el mar.

Cuencas Sagradas ha logrado entender esto asertivamente, el cuidado de los ríos y de los territorios es atravesado transversalmente por la promoción de derechos de los más vulnerables, que son los pueblos originarios amenazados por intereses transnacionales que sobrepasan sus capacidades organizativas. Con el cuidado de los pueblos, también se cuida a los ríos y sus cuencas, de intereses extractivistas como lo son las petroleras, mineras, proyectos hidroeléctricos y el agronegocio que pretenden eliminar toda la diversidad de amplios territorios, para imponer una mirada hegemónica de “desarrollo”, maginando así el bienestar de quienes aquí estamos.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Fernández, Henriquez (2020). El territorio como espacio contradictorio: promesas y conflictos en torno a la actividad extractiva en Ecuador, Colombia, Perú y Chile. Scielo. Recuperado de:

     https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0250-71612020000100225

Gehot, Rodrigo (2019). Las Cuencas Sagradas: una esperanza para la Amazonía. Plan V. Recuperado de:

    https://www.planv.com.ec/ideas/ideas/cuencas-sagradas-una-esperanza-la-amazonia

Greene, Natalia, (2020). Por qué el Ecuador pospetrolero no debe ser un país minera. Serie reportes técnicos 2020, Cuencas Sagradas territorios para la vida Ecuador - Perú. Recuperado de: https://cuencasagradas.org/wp-content/uploads/2020/04/REPORTE_TECNICO_2_MINERIA.pdf

Gudynas, Eduardo, (2013). Extracciones, Extractivismos y Extrahecciones. Un marco conceptual sobre la apropiación de recursos naturales. Observatorio del desarrollo CLAES, 18: 1-18.

Peas, Domingo et al. (2019). Iniciativa de las Cuencas Sagradas. Territorios para la vida. Iniciativa Cuencas Sagradas, 73 pp.

Lang, Miriam (2011). Crisis civilizatoria y desafíos para las izquierdas. En: Más allá del desarrollo, Grupo Permanente de Trabajo Sobre Alternativas al Desarrollo, Fundación Rosa Luxemburg, Abya-Yala, Quito.

Miranda, Boris (2020). Acuerdo de Escazú: la controversia en Perú por el rechazo a ratificar el histórico pacto ambiental de América Latina y el Caribe. Publicado el 21 de octubre. BBC News. Recuperado de:     https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-54639163 

 

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